Cualquier cosa que la persona haga, en cualquier momento, aunque no quiera hacerla, está de alguna forma justificada.
Sea lo que sea lo que la persona ha hecho de forma voluntaria, aun sabiendo que está mal hacerla, está avalada por un motivo consciente o inconsciente.
Eso no quita para que la parte consciente del individuo tenga la certeza de que esa actuación es incorrecta.
Es trabajo del coach ayudar a la persona a averiguar qué necesidad está intentando satisfacer cuando hace o deja de hacer algo sabiendo, de alguna forma, que debería estar haciendo lo contrario. Y la respuesta sólo la tiene la persona.
El Coaching Realista Centrado en la Persona trabaja para averiguar cuál es esa motivación que provoca el comportamiento o el no comportamiento para permitir así a la persona satisfacerla de otra manera.
Por dónde se sigue cuando no identificas el beneficio, o si una vez identificado no encuentras qué otra cosa te permite sustituirlo?
En un proceso de coaching hay mil caminos posibles. A veces, una sesión no es productiva (o así parece) y hay que probar otra cosa.
Una opción sería asumir que «no es el momento» y podríamos avanzar en una investigación lateral, es decir, buscar información al mismo nivel pero en otros contextos.
Se puede «aceptar» sin comprender y trabajar desde la paradoja buscando la acción deseada. Muchas veces es la acción la que modifica el pensamiento. Entonces puede pasar que se averigüe esa motivación oculta, cuando ya no importa 🙂
Se puede fomentar la observación entre sesiones…. hay distintas opciones.
y cuando llegas a un punto de monotonía en tu objetivo, existe una motivación o recurso para romper con la monotonía o desmotivación?
Existe la opción de buscarlo.