El pasado viernes 21, tuvimos la tercera reunión de la Comunidad de Coaching Realista, a la que sigues estando invitado/a.

Estuvimos hablando de esas situaciones en las que decides no hacer algo porque crees que no conseguirás lo que esperas (esos momentos de «no lo hago porque no sé» o «no lo hago porque no me va a salir» o «ya, ni lo intento») y encontramos distintas formas de cambiar el estado interno para ir a por aquello que quieres conseguir.

Vimos pequeños y grandes retos pendientes y aprendimos de los retos ya superados.

Estuvimos hablando del concepto de Re-Objetivo:

Re-objetivo

¿Cuántas veces no hacemos algo porque sabemos que no vamos a conseguir el resultado deseado?

Muchas de las situaciones que nos frustran o nos disgustan especialmente, están asociadas (aunque sea indirectamente) a opiniones respecto a lo que debería ser o suceder. Al para qué de las cosas.

Como alguien comentó durante la conversación:

«Componemos un relato sobre lo que va a suceder y esto nos condiciona»

Por ejemplo, hay personas que no quieren relacionarse porque sienten que no participan en el grupo. Otras dejan de aportar ideas en el trabajo porque saben que no se aceptarán. O un niño puede no querer jugar un partido porque sabe que lo va a hacer mal.

El concepto de re-objetivo busca replantearse el “para qué” de las cosas con el fin de cambiar la forma en que nuestra mente se enfrenta a ellas.

El modelo de Coaching Realista utiliza la articulación lingüística para modificar la percepción (consciente o inconsciente) de la realidad. En este caso, vamos a revisar las expectativas de las acciones para buscar una que nos resulte motivadora.

El nuevo objetivo puede ser parte del inicial, más grande o diferente.

Veamos los ejemplos:

CASO 1: Luis

Luis se siente frustrado por no poder hacer amigos. Le disgusta que le presenten gente porque no sabe de qué hablar con ellos. Para Luis, el objetivo de conocer personas es hacer amigos y para ello tiene que caer bien o ser capaz de tener temas de conversación comunes. Como esto no ha sucedido habitualmente así, prefiere que no le presenten a nadie.

A la pregunta ¿qué sería un objetivo intermedio antes de hacer amigos?, Luis podría responder: “interesarme por su trabajo”.

Cuando cambia el objetivo de la interacción se siente menos frustrado y actúa. En este caso, considera que interesarse por la otra persona es, además, una forma de llegar al objetivo mayor de hacer amigos.

CASO 2: Marta

Marta se siente frustrada porque no aporta ideas en las reuniones. Nada de lo que propone gusta y ha decidido dejar de hacerlo porque se siente inútil. Su objetivo a la hora de aportar una idea era que ésta se aceptara.

A la pregunta ¿de qué sirve aportar una idea aunque no sea llevada a cabo?, Marta podría responder “sirve para ayudar a generar ideas paralelas”. Con esta nueva visión del “para qué”, ya no se siente mal porque su idea no sea puesta en marcha, porque sabe que puede servir para encontrar otras opciones.

CASO 3: Pedro

Pedro tiene 12 años y no quiere seguir jugando en el equipo. Siempre pierden, siempre piensa que es por su culpa. Para él, el objetivo de saltar al campo es hacer que su equipo gane y si no lo consigue, siente que ha fracaso.

A la pregunta ¿qué te gusta hacer y sentir en los partidos?, puede que Pedro respondiera “correr y pasar”. Ese es un objetivo que sí está totalmente en sus manos. Si se centra en eso, ayuda al equipo y el resultado será un añadido, pero no el fin. Pasa a ser dueño de los resultados.

Luis ha encontrado una forma de fraccionar el objetivo para ir poco a poco hacia su meta.

Marta ha encontrado otro motivo por el que participar, y recobra el interés por hacerlo. El nuevo enfoque permite, además, atender a un objetivo más amplio, pues deja de pensar en su ego para pensar en el equipo. Aporta ideas para el bien general, no para el bien personal de sentirse partícipe.

Pedro ha descubierto cómo ser responsable de sus resultados de forma que, además, ayuda al equipo.

En todos estos casos, tenemos un patrón similar:

1)      Dejo de hacer algo porque no me siento capaz de hacerlo bien.

2)      Cambio el criterio utilizado para decidir cuándo lo hago bien.

3)      Vuelvo a sentirme capaz de hacerlo.

El nuevo objetivo puede, por tanto, ser una fracción del inicial (Luis), puede ser diferente (Pedro) o puede ser un objetivo más amplio (Marta).

Algunos comentarios de los asistentes

Me encantó la interpretación de que «Componemos un relato sobre lo que va a suceder y esto nos condiciona». Esta influencia de nuestras expectativas puede animarnos a actuar o, al contrario, podría desanimarnos y en ambos casos puede ser positiva o negativa si queda muy alejada de lo que realmente puede suceder.

Si aplicamos de forma extensiva el concepto de re-objetivo a toda la persona, estaremos hablando de eso que ahora está tan de moda: reinventarse.

Es muy importante que el nuevo objetivo sea auténtico y no lo identifiquemos para intentar convencernos. Esto es crítico en el Coaching Realista y así lo vimos ayer. No sirve adoptar un objetivo recomendado por otro si no lo hacemos con convicción, por eso es importante que la indagación sea desde el corazón. ¿Qué otro objetivo es realista y positivo para mí? Por muy lógico que sea lo que otros proponen, si no es nuestro, no nos motivará.

Me quedé con las ganas de plantear en re-objetivo  por fracción o iteración… tal vez otro día.

Re-Objetivo: Ejercicio

1)      Encuentra algo que te esté frustrando en tu vida personal, profesional o social. Una situación que te afecta especialmente y que no sabes manejar.

2)      ¿Qué no está estás consiguiendo hacer? ¿Hay algo que te gustaría lograr pero te sientes incapaz de intentarlo? Pueden ser varias cosas.

3)      ¿Para qué harías eso? ¿Cuáles serían los resultados esperados?

4)      Repasa los objetivos

  1. ¿Qué otros motivos puede haber para realizar esas acciones?
  2. ¿Qué otras cosas puedes conseguir intentando hacer eso?
  3. Fragmenta los objetivos en otros más pequeños.
  4. Enmarca lo que quieres conseguir dentro de algo más importante para ti o para otros.
  5. Busca un motivo más personal y privado. Algo sobre tu persona.

5)      Sobre los nuevos objetivos piensa ¿Qué puedes hacer para acercarte a ellos?

6)      Concreta nuevas acciones o enfoques.

El próximo viernes hablaremos de (No)quiero – (No)puedo

Tal vez te haya sucedido en algún momento que

No consigues hacer algo que quieres y puedes, pero no lo haces.

No puedes enfrentarse a ciertas situaciones y lo aceptas como algo que te supera sin saber por qué.

Aceptas que eres incapaz de hacer algo, aunque sabes que, en teoría, deberías poder.

Te sientes mal por no hacer una cosa que deberías querer hacer.

Hablaremos de lo que crees que no puedes hacer y sobre la diferencia entre querer, creer querer, poder, creer poder, deber y creer deber.

 ¿Te apuntas?

2 comentarios

  1. Gracias Carlos. Me ha gustado mucho leerte de nuevo. Parece que te veo mi entras leo…ja ja ja. Me gustan los ejemplos claros y resaltar la importancia del objetivo real. Ah! No te quedes con las ganas…

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *