Estaba preparando el taller de mañana y me he quedado sin papel para imprimir la documentación. Es un papel especial que sé que puedo conseguir en un centro comercial en concreto, así que hemos ido allí y de paso hemos comido en una hamburguesería. Mientras esperaba a ser atendido he asistido a este diálogo entre una madre y su hijo de unos 6 años.

Comienza la madre diciendo:

– Voy a acabar antes que tú y eso que he empezado después.

El niño no responde y ella continúa hablando de forma pausada, no se la veía enfadada.

– Es que eres muy lento comiendo, tienes que comer más rápido.

No capté toda la conversación, pero no me hace falta para ilustrar lo que quiero decir. Sólo necesito transcribir lo último que escuché.

– Venga, que sólo quedas tú.

– Claro, mama. Es que soy lento.

 

Esto tiene mucho que ver con el contenido del Curso que comienza el próximo 9 de octubre. Es un ejemplo de implantación de creencias limitantes, la generación de un paradigma que el niño ya está interiorizando y, lo peor de todo, formará parte de una asociación entre el ser y el hacer que tanto daño nos hace a muchas personas durante la edad adulta.

Qué distinto habría sido si esa mujer hubiera conocido los conceptos de empatía demostrada, lenguaje al «hacer», creencias limitantes, modelos mentales y paradigmas, el ego en las conversaciones… para simplemente, cambiar el «Eres lento» por «Estás comiendo muy despacio».

Necesito crear la Escuela de Coaching para Padres para sentir que estoy haciendo algo por los hijos.

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