La curiosidad sana es una herramienta extraordinaria en el coaching.
No se trata de completar un cuestionario, no es un interrogatorio y no es cotilleo.
El proceso de coaching te ayuda a lanzar la primera pregunta y cuando el cliente responde, se olvidan los procesos y se quiere saber más, sin presuponer. El cliente así se escucha y descubre cosas en las que antes no había pensado.