En cierta forma, me gustaría que el Coaching Realista no tuviera razón de ser.
Porque sólo es una forma de ofrecer al otro lo que debería tener en su vida de forma natural. Un espacio para pensar libremente.
El Coaching Realista elimina barreras de pensamiento que nunca deberían haber estado ahí.
Si las personas tuviéramos de forma natural una mente flexible, abierta a la duda y alejada de la dogmatización, el Coaching Realista no tendría cabida, porque sería la forma natural de relacionarse.