Mi actividad profesional principal es el coaching personal. Mi trabajo es escuchar a las personas y reflejar lo que veo en su discurso para ayudarles a pensar por sí  mismas. A esto lo he llamado Coaching Realista para diferenciarlo de otras actividades profesionales que también se autodenominan coaching.

En las sesiones con adultos he podido observar cómo estamos condicionados por aquello que pensamos que es “lo correcto” o “lo normal”. He visto a personas que no saben lo que quieren porque están convencidas de que deberían querer una cosa u otra.

Después de cientos de horas de coaching, puedo constatar que las personas son capaces de lograr muchas más hazañas de las que piensan y su principal obstáculo son ellos mismos y su idea de cómo deberían ser las cosas.

Ya sea por educación explicita, aprendizaje o deducción, las personas nos formamos una idea sobre cómo es el mundo y qué es lo que debería suceder. Miramos a otros y nos creamos un imagen de lo que es correcto, normal y equivocado. Permitimos que esto nos condicione de tal manera que genera contradicciones internas contra las que luchamos, aun sin ser conscientes de ello y hasta el punto de culparnos por cosas que no están bajo nuestro control.

Dotar a un niño de un espacio de conversación donde pueda ser él mismo, tal vez marque la diferencia que le permita disfrutar de una madurez plena.[/fusion_builder_column]

Proceso tras proceso he visto cómo un método de conversación basado en la indagación, ausencia de juicio y aceptación empodera a las personas. Les ayuda a ver las cosas con más claridad, pensar más allá de lo que imaginaban y tomar grandes decisiones que conllevan grandes acciones.

Estas conversaciones requieren que el coach tenga una visión determinada del mundo y se articulan utilizando un conjunto de técnicas lingüísticas que se pueden aprender.

La Escuela de Coaching Realista es la forma en que las personas aprenden a ser útiles en su comunicación para potenciar el pensamiento del otro.

La versión para Padres y Educadores ayuda a los adultos a convertirse en impulsores de los niños y los adolescentes.

El curso “El arte de educar para ser” contiene aprendizaje formal y prácticas, además de ofrecer la oportunidad de evolucionar como persona a quien así lo desee para convertirse en un referente y un apoyo para sus hijos o alumnos.

Existe una manera de convivir con las personas que los ayuda a ser más libres de generar idas propias. Se llama Coaching Realista y puede cambiar la vida de quienes te rodean. Lo afirmo así de rotundo porque yo lo he vivido y lo he visto.

Si tienes hijos o trabajas con niños o jóvenes, pincha aquí para conocer más de la Escuela de Coaching Realista para Padres.

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