No entraré en mucho detalle, porque afecta personas de verdad. Pero el caso es que ayer sucedió algo que lleva sucediendo un año con cierta frecuencia.

Mi reacción suele ser la misma, enfadarme mucho porque es una faena, me siento estafado. Es pagar por nada.

El caso es que hace unos meses decidí seguir adelante con este tema (lamento no dar más detalles) y que iba a tratar de aprovechar lo que pudiera, sabiendo que lo más normal es que me decepcionara.

Ayer pasó de nuevo y me enfadé otra vez. No me acorde de ponerme en modo “expectativas cero” y me enfadé mucho.

Afortunadamente, no tarde en redirigir mis esfuerzos a ver qué había pasado para que eso me afectara tanto. Tranquilamente, ver qué información podía obtener del hecho de que eso me sacara de mis casillas. ¿Qué parte de mi se remueve cuando sucede algo que provoca un enfado irracional? Es una forma de llegar a lo que realmente me importa.

Parece más interesante eso que alimentar el enfado por algo que ya sabía que iba a pasar.

La última vez que me paré a pensar en algo así (por un motivo muy diferente), aprendí cosas interesantes. Descubrí un miedo que no estaba justificado.

Creo que averiguar qué hace que me descoloque me va a aportar más que confirmar y ratificar que he tirado el dinero (algo que, por otra parte, ya sabía).

Esta es una historia real de auto-aplicación de los conceptos de Coaching Realista. ¿Podría valerte para tu trabajo? ¿Qué hay detrás de eso que tanto te irrita (a parte de que, por supuesto, tu enfado está justificado)?

3 comentarios

  1. Desde luego, fenomenal e inteligentemente aprovechado. Cuanto ni menos para planteárselo, seguro mucho más productivo mirarlo desde ahí. Gracias.

  2. Lo que aquí quiero explicar es que cuando algo te hace perder el control es porque hay motivos que no están en a superficie. Es lo que se suele decir «me ha tocado la fibra».

    Hace un mes (creo) tuve una conversación que terminó conmigo muy enfadado, indignado… cuando pude analizar lo sucedido, averigüé a qué tenía miedo y lo resolví.

    Podría haberme quedado en el enfado (totalmente justificado), pero eso no me ayudaba en nada.

    El proceso de analizar (sin juzgar y sin interpretar) me permitió descubrir qué estaba protegiendo al enfadarme.

    Encontré algo que ya había encontrado antes y es una necesidad interna de honestidad. Es una historia un poco larga, pero el caso es que una vez descubierto esto, repasé la conversación de nuevo y vi que no había motivo para enfadarme. Sin esa actitud inconsciente de proteger mi necesidad de honestidad, la discusión era un intercambio de ideas sin más.

    A esto se llega por medio de la reflexión sobre los hechos, algo que hago mucho con mis clientes y que ayuda enormemente a entender ciertas cosas y enfrentarse al mundo desde otra actitud.

  3. Todo esto se enmarca dentro del objetivo de AUTOCONOCIMIENTO en el proceso de Coaching Realista.

    Una vez que aprovecho este incidente para saber qué es importante para mí, lo tendré en cuenta en futuras decisiones y miraré qué relación tiene su presencia o ausencia en ciertos momentos en todos los entornos de mi vida.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *