Las sensaciones que nos transmite una situación social nos permite evaluarla, pero esa interpretación no es la realidad. La evaluación es válida para nosotros porque es nuestro contexto y nuestra verdad según las cosas que consideramos ciertas en base a nuestra experiencia. Pero la realidad es mucho más rica, tiene mucha más información y la transformación que hagamos de esa realidad determina qué realidad estamos percibiendo.

Una fiesta puede ser divertida y aburrida al mismo tiempo y de hecho lo es. Y no es simplemente por que dependiendo de dónde estés o qué hagas la disfrutarás más o menos. Si situamos a distintas personas en el mismo punto exacto, cada una tendrá una interpretación. Parece fácil asumir que dos personas pueden vivir las mismas experiencias y procesar distintos gustos. Pero también es posible que dos personas observen la misma fiesta desde fuera y lleguen a conclusiones distintas sobre si los asistentes se están divirtiendo.

Esos dos observadores aplicarán sus propios criterios para determinar cuándo una persona se está divirtiendo.

El color del cristal con que miramos no depende sólo de nosotros, es más, puede que haya quien piense que no depende en absoluto de nosotros. Mirar al sol y ver una estrella en torno a la que giramos o ver una creación divina girando a nuestro alrededor depende de lo que nos hayan inculcado. Y esto además, depende del momento de la historia en que hayamos nacido.

Y aun así lo consideramos una realidad irrefutable. Porque necesitamos estas realidades. Si no tuviéramos estos hechos indiscutibles nuestro pensamiento no tendría cimientos y estaríamos incapacitados para llegar a nuevas conclusiones, decidir, desarrollar pensamientos y avanzar.

¿Cuántas teorías que han servido de base para grandes avances han resultado luego inciertas?

Si no lo he entendido mal, incluso la ley de la gravedad expresada por Newton no es cierta tal y como la planteaba… siempre que consideremos que la ley  de la relatividad de Einstein es cierta. Ambas leyes nos sirven para comprender, justificar e incluso demostrar cosas. Nos permiten progresar.

Las personas se crean sus propios paradigmas, sus mapas del mundo. Es imposible tener en la cabeza cada milímetro cuadrado de tu barrio, pero sí lo conoces. Puedes caminar por él sin perderte, sabes cómo ir a los sitios. La idea que tienes en la cabeza de tu barrio NO es tu barrio, pero te sirve.

Necesitamos esos mapas, esa síntesis de la realidad. Necesitamos llegar a conclusiones y generar bloque sólidos de información para poder construir con ellos.

Pero. ¿Y si tu jefe no te odia?

¿Y si esa persona no sabe lo que has querido decir?

¿Y si en la última discusión no tenías razón?

¿Y si las cosas que DEBEN ser no tienen por qué ser así?

¿Y si lo que piensas que es el éxito resulta que para ti no tiene sentido?

¿Y si lo importante para ti no es lo importante para los otros?

¿Qué es absolutamente irrefutable? ¿Qué es indiscutible? ¿Y si no fuera cierto?

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *