Acabo de publicar un artículo que se titula «A los jóvenes, dos hostias a tiempo» en el que declaro mi oposición frontal a este tipo de comentarios y actitudes, además de intentar comprender el porqué de este tipo de afirmaciones. 

Por lo que he visto hasta ahora, hay dos motivos principales por los que alguien opina que hay que ser implacable: uno es la desesperación y la otro creo que es una combinación de educación y rigidez mental.

Del primer motivo ya hablo en el artículo anterior, ahora quiero comentar el segunda: la rigidez mental. 

Creo que a todos nos ha sucedido en algún momento (o en muchos momentos) pensar de una forma muy rígida y tajante. Eso es lo que me sucedió a mi cuando leí comentarios como estos:

Cuando leo estas cosas aparecen mis emociones radicales, las que me incitan a actuar de forma inmediata, las irracionales que no suelen llevar a tomar decisiones útiles. Aparecen las ganas de responder a esos comentarios usando un lenguaje soez y calificativos negativos. En estos casos, siempre que puedo, tomo conciencia de que algo instintivo se está apoderando de mi y me preocupo por gestionarlo. 

Pero no todos hacemos esto siempre y hay personas que se dejan cegar por sus instintos y se mantienen en su trece de que las cosas son como son, lo bueno es bueno y lo malo es malo.

[fusion_builder_container hundred_percent=»yes» overflow=»visible»][fusion_builder_row][fusion_builder_column type=»1_2″ last=»no»]Este tipo de rigidez mental está en todas partes, pero en el papel de padres creo que es, hoy en día, especialmente dañino. Si algo caracteriza a los tiempos modernos es que todo cambia. Como digo en este vídeo, la sociedad en la que vivimos no es la sociedad en la que vivieron nuestros padres ni será en la que vivan nuestros hijos. [/fusion_builder_column]

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[/fusion_builder_column]No sé qué actos son buenos o malos, o qué decisiones son correctas, pero animo a los padres a actuar desde cierta flexibilidad porque, si somos muy estrictos respecto a la realidad, puede que no ayudemos a nuestros hijos a manejar situaciones desconocidas. 

Confieso que la razón por la que me animé a escribir este texto es que una persona se ha dado de baja del boletín porque el uso de la palabra hostia le resulta ofensivo. 

HablameEn su despedida, esta persona me anima a seguir trabajando y está convencido/a de que ayudaré a mucha gente, pero él/ella se da de baja porque no le gusta ver la palabra «hostia» en el titulo de un artículo. Por lo tanto, ya no recibirá más mis artículos, aunque considera que son útiles, supongo que para su papel de padre/madre.

Mi conclusión después de todo esto es que, ya sea porque imponemos nuestras opiniones irracionales desde la conducta instintiva o porque rechazamos lo que nos incomoda aunque sea útil o importante  ¿cómo ayudaremos a nuestros hijos a gestionar sus vidas si no somos flexibles en nuestra forma de vivir su realidad?  

Supongo que flexibilidad es la palabra clave: flexibilidad (o tolerancia) para aceptar nuevos diálogos y para manejar situaciones desconocidas o incómodas. 

Si no eres capaz de acompañar a tu hijo cuando hable de temas que no quieres oír, lo estarás dejando sólo en el proceso de descubrimiento de mundo. 

 


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Gracias por compartir en las redes sociales y por comentar. Me ayuda a dar más visibilidad a mi trabajo.

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6 comentarios

  1. Hola Carlos, gracias de antemano por tus grandes consejos.. Es tan fácil leerte y parece tan fácil llevar a cabo tus consejos.. lejos de disipar mis dudas, me vengo abajo cuando ahora más que nunca con este gran conocimiento q regalas me doy cuenta de los errores tan grandes que cometo…no sólo yo, si no mi pareja y eso es peor.. Me duele mi niño!!.. Cumplirá 14 años en agosto… M encantaría contarte mi historia…

    1. Te agradezco el comentario.

      Ese sentimiento de culpa lo he visto más veces y creo que es un error abrazarse a él, eso consume energía que podrías estar usando para mejorar lo que quieras mejorar.

      Te mando un correo electrónico para que charlemos si quieres.

      Un abrazo.

  2. tengo 2 hijos hombre y mujer; crecer con ellos ha sido la experiencia !!! jajaja, cuando traté de darle una nalgada a mi hija mayor ( que tenía 3 años entonces) y que en lugar de llorar me retara por que no le dolía, descubrí que no era el camino dar un «golpe» (hostia?) también me di cuenta que los castigos me castigaban y me sentía algo frustrada, con el paso del tiempo descubrí que eran mis «malos hábitos» ( jejejeje) los que ocasionaban las peores actitudes, que reflejaban mi propia actitud, copiaban absolutamente todo de mi, como pequeños simios jijiji y podía ver claramente ahora lo cotidiano en mi y me puse a cambiar mis hábitos, esto solucionó gran parte, pero no fue hasta que llegamos a acuerdos, y trabajaba más en explicar de manera clara, con ejemplos, con situaciones, el por que de mi toma de decisiones, trabajé en explicar que toda acción por mínima que pensemos que es, siempre tiene una consecuencia, y eso es el indicador de que llevamos las riendas de nuestra vida, que somos nosotros siempre los responsables primeros de nosotros mismos y que eso es genial, hemos hecho acuerdos enooormes y he tenido que sostener mi palabra empeñada y ha rendido frutos,mi hija es universitaria becada y feliz con sus elecciones y mi hijo con excelentes calificaciones en la preparatoria; incluso para mi estima, no podía creer lo que soy capaz por amor; no ha sido fácil estos 21 años, he tenido mis momentos de confusión, pero definitivamente considero que la flexibilidad es una herramienta maravillosa para la vida, recordar que ser fuerte lo puede quebrar/romper a uno y que lo flexible nos permite siempre afrontar lo que sea, como el bambú.

  3. Hola yo tengo un hijo adolescente y la verdad que en los estudios no va muy bien pero yo también me hecho la culpa por no estar todo el tiempo con el puesto que mis horarios de trabajo no me lo permiten entonces pienso que lo mismo en algún momento me necesito y yo pues estaba en el trabajo . Lo que he leído me ha encantado un saludo

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