Muy recientemente he tenido dos conversaciones sobre la posibilidad de que un coach alargue un proceso de coaching para conseguir más ingresos.

Como ya he hecho en otras ocasiones, quiero compartir parte de un correo electrónico enmarcado en esta conversación:

[fusion_builder_container hundred_percent=»yes» overflow=»visible»][fusion_builder_row][fusion_builder_column type=»1_1″ background_position=»left top» background_color=»» border_size=»» border_color=»» border_style=»solid» spacing=»yes» background_image=»» background_repeat=»no-repeat» padding=»» margin_top=»0px» margin_bottom=»0px» class=»» id=»» animation_type=»» animation_speed=»0.3″ animation_direction=»left» hide_on_mobile=»no» center_content=»no» min_height=»none»][…] eso que comentas me recuerda a una conversación que tuve ayer mismo al terminar un proceso con una persona que llevaba varios años bloqueado/a y el proceso duró dos meses. Alguien me preguntó que si no sería mejor que durara más. Puede que sea una opinión muy extendida.

Lo que indicas que tal vez hagan algunos profesionales [alargando intencionadamente los procesos] creo que es una especie de secuestro del cliente, como el mecánico que provoca una avería para que regrese el dueño del coche o el profesor que procura que el alumno aprenda despacio. Quien hace eso es porque es un profesional mediocre que necesita retener al incauto que se ha acercado y no creo que eso sea sostenible.

En general, en otros negocios, la fidelización del cliente debe venir porque le aportas más cosas y el cliente decide volver para conseguir más valor.

Cuando el servicio ofrecido o el producto vendido es para toda la vida, lo interesante es que se hable bien toda la vida, no que aquello se rompa y tengan que regresar como dicen que sucede con las bombillas programadas para durar poco tiempo.

En mi caso, el éxito viene porque la persona ha cambiado y se lleva ese cambio a todas las facetas de su vida durante mucho tiempo. Las personas que lo rodean ven ese cambio y además él/ella recomendará mi trabajo.

Yo quiero éxitos y recomendaciones, no clientes cautivos.

Personalmente, me gusta que (casi) todas las sesiones propicien un cambio (grande o pequeño) en la vida del cliente. Cuando empiezo a pensar que un proceso dura demasiado, le pregunto al cliente cuánto le está aportando y es él quien decide seguir o no. En el Coaching Realista es el usuario quien decide el ritmo y duración de las sesiones porque es él quien conoce lo que funciona y lo que no en su vida.


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Gracias por compartir en las redes sociales y por comentar. Me ayuda a dar más visibilidad a mi trabajo.

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